Necesitaría varias páginas
para expresar lo que me sugiere y me evoca cada foto, puesto que cada una
lleva implícita infinidad de historias, de vivencias, de sentimientos,
pero todas ellas las resumiría en una sola palabra:”ILUSIÓN”. Ilusión y felicidad refleja
cada una de ellas: en la de Josefa y Daniel y sus circundantes, pletóricos
todos, y en la de Ángel y Faustina, orgullosos de sus retoños, lo mismo
que Leandro y Catalina, Timotea y Mateo con los suyos. Y qué decir de la
elegancia siempre refinada de las hijas, solas y en grupo, de Leandro y
Catalina, radiantes y orgullosas de su pertenencia a una familia, a un
pueblo; y cómo no maravillarse de la elegancia impoluta y juventud
pletórica de Luis y Cari, sin olvidar donde posan
Pepe-Felicitas-Andrés-Trinidad-Lorenzo, con sus rostros felices al
contemplar a sus hijos con jatos nuevos, como decían, con la satisfacción
del deber cumplido. Y para ilusión y felicidad la que expresan los ojos
destellantes y algo pícaros de ese niño llamado Juan Luis Esteban que
apuntaba ya maneras de artista.
Así
pues, este “Baúl” es para mi un viaje en el tiempo, es la historia
resumida y congelada en unas instantáneas que muestran la alegría de vivir
de los que fueron y de los que aun son, ilusión y alma de este pueblo que
me vio nacer, alma labrada generación tras generación con brazo firme y
mano tendida.
Félix Carreto |