Zarza  de  Pumareda

Historia

  ORÍGENES  HISTÓRICOS  DE  ZARZA  DE  PUMAREDA  (mi pueblo)  

Autor: José Alburquerque Rengel   


         Resulta muy ilusionante  y,  por supuesto, aventurado, sentarse a la mesa, frente a unas cuartillas de papel en blanco y comprometerse con uno mismo, a escribir algo que trate sobre las cosas que ama y recuerda con gran cariño; si a esto añadimos que , además resulta gratificante, el primer impulso se serena y empieza uno a recordar y pensar si no será demasiado escabroso el tema o si será capaz de desarrollarlo con un mínimo de rigurosidad, sin embargo uno que ha leído tanto recibe al mismo tiempo como una lucecita fina, brillante y lejana, que lo anima acercándose  a  hacerlo, en la certeza de que si alguien, cosa muy improbable, se dispone a leerme, no será demasiado riguroso en la apreciación de los datos y le pido al posible  y amable lector, perdón por anticipado pues, lejos de mí la intención de presentarme a ningún concurso o juicio literario ni mucho menos someterme a la espada pendiente  del  hilo,  ya que,  por otra parte,  nadie le impide pasar página y seguir adelante, cosa que yo ni nadie sin duda le  reprocharía.

        Mi tema está relacionado con la página personal creada en Internet  por Manuel Hernández García, dedicada a  ZARZA  DE  PUMAREDA (La)  en  relación con los orígenes de dicha localidad:

       No conozco ninguna publicación que nos dé una idea exacta, esto no quiere decir que no la haya, sobre los orígenes de esta tan querida localidad; pero rebuscando en algún librito, por cierto no muy conocido, que ocupa un pequeño hueco en mi biblioteca, así como de resbalón, sin entrar en particularidades, si no más bien apareciendo el tema de forma muy generalizada, o tal vez no tanto, no es descabellado suponer, que esta población, siempre según la memoria histórica, se sitúa en sus precarios comienzos, en el Siglo XII, esto es, entre 1157 al 1188, época del reinado del Rey Fernando II de León, hijo de Alfonso VII El Emperador y de doña Berenguela, hija a su vez de Berenguer III Conde de Barcelona.

       La zona comprendida entre el Norte de Cáceres (Puerto Perales) y el Sur de Ledesma (Salamanca), con el gran río Duero en medio  de ésta, fue un territorio, llamémosle neutral, que utilizaban los ejércitos árabes en sus incursiones por el Sur y los ejércitos leoneses desde el Norte, por lo que esta zona denominada "Tierra de Nadie", fue considerada por ambos contendientes como una especie de "desierto estratégico", por cuyo motivo nunca hubo en la época anterior al Rey Fernando, asentamientos ni poblaciones estables.

        La Tierra de Nadie servía de refugio a los que por cualquier circunstancia encontraban dificultades para vivir en alguna de las dos sociedades circundantes: al sur la de los moros, al norte la de los cristianos. Esta banda de territorio despoblado, del sur de la planicie castellana del norte, era asilo de prófugos y de fugitivos. Estos huidos eran medio cristianos, medio musulmanes.

        Empujados hacia el sur los ejércitos árabes por los ejércitos cristiano-leoneses, tomada Cáceres y fortificada Ciudad Rodrigo, plaza ésta de gran valor estratégico, el bisnieto de Alfonso VI,  FERNANDO  II, es quien más se relaciona con esta zona de nadie, en la que se encontraba nuestro pueblo en sus comienzos.

        En su reinado se repobló este "desierto estratégico", con colonos gallegos, cántabros, astures, etc, entre otros, de donde se deduce que la toponimia PUMAREDA, viene de la época de la repoblación de nuestro municipio por "ASTURES", los cuales rememorando las tierras del norte de donde procedían, acordaron llamar a esta localidad ZARZA por la gran abundancia de la zarzamora en esta tierra, productora de un fruto, la mora, extremadamente dulce y sabroso; muy utilizado en repostería y PUMAREDA, derivación de la inicial "Pomarada", o tierra de manzanas que tanto debía abundar y aun abundan en Asturias su tierra natal, ricas en zumo del que se extrae la exquisita sidra.  

       Espero que estas líneas sirvan, en principio, para matar el aburrimiento y a continuación para enriquecer, de alguna manera, el conocimiento de los orígenes de nuestro pueblo, así como para el que amablemente las quiera leer, rogándole que sea generoso con quien las ha escrito, puesto que si bien los datos estadísticos expuestos han sido fruto de un pequeño trabajo de investigación, no es menos cierto que la imagen se confunde en el tiempo, la niebla se espesa y la memoria, por muy histórica que sea, falla más de lo que fuera deseable, por ello se me ocurre pedir perdón una vez más por los posibles errores cometidos y dar gracias al amable lector por el tiempo que pueda haber dedicado a este pequeño esfuerzo.

                                                                      Salamanca, a 1º de Marzo del 2001        

                                                                Fdº . JOSE  ALBURQUERQUE   RENGEL


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