Hermanas de María Reparadora
Hermanas de María Reparadora |
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Breve reseña histórica |
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En la década
de los años sesenta el Concilio Vaticano II es llamada de apertura para
toda la Iglesia. La congregación de María Reparadora acoge esta
llamada como oportunidad de gracia para ofrecer su carisma en la Iglesia
diocesana de Salamanca, implantándose en Valdejimena el 9 de Septiembre
de 1973.
La comunidad surge como lugar de
acogida y de oración abriéndose ya desde los orígenes a la realidad
en una presencia contemplativa - evangelizadora. Es una opción tan
clara para las Hermanas que, ni siquiera en las penurias económicas de
los comienzos, caen en la tentación de convertir la casa en
hospedería, en menoscabo de ofrecer el lugar a quienes quieran hacer
una experiencia de fe.
La comunidad ha sido siempre
consciente de la significatividad que el enclave mariano de Nuestra
Señora de Valdejimena tiene para toda su comarca. Ha tratado de estar
atenta a las necesidades de la misma para dar respuesta como Hermanas de
María Reparadora.
Al comienzo se fueron haciendo presentes en los
pueblos circundantes a través de distintas actividades apostólicas:
grupos de catequesis de niños y jóvenes, visitas a los enfermos y
ancianos, animación litúrgica y colaboración en celebraciones de la
Palabra. Por distintos motivos, en la actualidad sólo se dedican al
santuario y a la casa-retiro.
Casa - Retiro |
Con la llegada de las
HH Reparadoras , Valdejimena se revitalizó, tanto en las actividades de
culto, como en la mejora de las dependencias de la iglesia y monasterio,
que fue transformado en casa de retiro. Su presencia ha sido vital para
la adaptación a los nuevos tiempos (instalación de luz eléctrica,
etc. etc.) importante para que las tradiciones sigan vigentes y no se
pierdan. ¿Buscas "La Luz"? ... En Valdejimena la encontrarás
La Comunidad hoy, sigue presente y empeñada en
la recreación del vigor primero en una presencia sencilla y humilde, al
estilo de María, acogiendo a quienes vengan en búsqueda de Dios.
La casa de espiritualidad, en pleno campo charro, junto a la ermita,
dispone de 20 habitaciones, algunas de ellas, dobles. Ofrece además
un albergue para grupos diversos y la ermita para vivir en soledad en
encuentro.
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