MARTES, 6 DE NOVIEMBRE DE 2007    

TIERRA Y CAMPO

Jesús Nieto, el soldador de barcos que cambió

los astilleros para sentir la libertad del campo

Productor de ovino de carne, posee un rebaño de 550 ovejas en La Zarza de Pumareda

Jesús Nieto es un ganadero de ovino de La Zarza de Pumareda, localidad a la que regresó para recuperar la libertad que un día perdió agarrado a la pinza de soldar en los astilleros de La Naval.

MIGUEL CORRAL
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Jesús Nieto Martín es en la actualidad un ganadero de ovino de carne que mantiene su explotación en La Zarza de Pumareda, el pueblo que le vio nacer hace algo más de 50 años, pero al que traicionó en su juventud, aunque más bien, no se sabe a ciencia cierta quién fue el que traicionó a quién, pues por "los 70", las cosas en los pueblos para familias humildes, como de la que desciende este hombre recio, tan sincero como fuertes sus manos, estaban más que difíciles.

A sus 17 años demostró que era un hombre valiente, lejos de sentirse conformista, como lo ha demostrado allá donde lo han conocido, tan reivindicativo siempre como buena persona, que lo es sin excusas, pues es capaz de perder derecho con tal de no enojar a nadie, una forma de ser que nada tiene que ver con el conformismo, "Algunos nos llaman conformistas, pero lo somos a la fuerza".

Con la maleta al hombro llegó a Bilbao sin más referencias que lo que le habían contado en el pueblo. A Jesús los anillos no le molestaban para hacer lo que tuviera que hacer con tal de salir adelante. Trece años entre los hierros de La Naval, primero como ayudante de montador hasta que se le ocurrió coger la pinza de soldar. Entraba de noche y

salía de noche, turnos de 12 horas, "aquello no era vida, la fábrica era muy sujeta", ni siquiera un sueldo más que respetable compensaba las horas y horas deslumbrado únicamente por el arco de luz de un electrodo fundiéndose con el acero de algún petrolero.

En busca de la libertad

Jesús necesitaba ver de nuevo los rayos de sol atravesando las gotas de lluvia junto al puente Robleo, del aire con olor a hierbabuena salpicado por el rocío de la mañana; así es que un buen día de 1983 nuestro protagonista llegó a un acuerdo con la rmpresa y decidió regresar a La Zarza de Pumareda para convertirse en lo que siempre había soñado y que no pudo a sus 17 años.

Los ahorros e indemnizaciones por abandonar lo que hasta entonces había sido su profesión

le sirvieron para convertise en propietario de una explotación de ovino de leche que fue aumentando hasta alcanzar 350 cabezas de awassi y montar una de las primeras salas de ordeño de la comarca de Vitigudino, instalaciones que le convirtieron en pionero en lo que a modernización para la producción de leche de oveja se refiere, un sector en el que ha permanecido hasta hace tres años cuando decidiera su paso determinante al ovino de carne como consecuencia de la caída del precio de la leche.

Soltero y sin compromiso

En la actualidad, Jesús posee 550 ovejas de raza merina, un cambio que decidió por la exclavitud que conforma la leche con sesiones de ordeño de mañana y de tarde, sin más tiempo que para atender el ganado causa a la que achaca en parte su estado civil, "soltero y sin compromiso". (T)
COBRO DE AYUDAS

Como la mayoría de los ganaderos que viven del campo, Jesús Nieto es de los que opinan que "las subvenciones las deberían cobrar sólo los que están en el Régimen Especial Agrario", una medida que según este ganadero "eliminaría la competencia desleal que nos están haciendo". Sobre el futuro que le espera al sector, este productor perteneciente a Cogalad, asegura que "está muy maly esto puede estallar en cualquier momento".

 

Jesús Nieto saltó del ovino de leche al de carne hace tres años debido al sacrificio que comporta el ordeño / CORRAL