Estimado Manuel,
Ha sido para mí un placer
encontrar esta página sobre la Zarza, y poder pasear, aunque sea
virtualmente, por las calles de "mi pueblo". Casi me parece oir
las campanadas del torreón y las golondrinas en la espadaña de la
iglesia.
Tengo que aclarar que aunque
haya nacido y viva en Bilbao, la Zarza es y será "mi pueblo":
son muchos los recuerdos de sus calles y su gente, de esos agostos
de mi infancia, en alpargatas y pantalones cortos.
Soy hijo de Juan Francisco Calvo
Martín, sobrino de Eulalia Calvo Martín y Tarsicio (los de la
tienda), y nieto de Remigio y Josefa.
Como curiosidad te diré que mi
bisabuelo era secretario del ayuntamiento; y que hace algunos años
llegaron a mí algunas fotocopias de documentos de mi bisabuelo en
los que estaban minuciosamente apuntadas las fechas de nacimiento
de mi abuelo y sus hermanas. También hay algunos romances sobre
historias del pueblo, y un poema de Zorrilla copiado de algún
libro.
Al parecer el apellido de mi
bisabuelo era Martín Peñato Martín, pero al tener que firmar
frecuentemente, parece ser que empezó a firmar Martín y Martín
(muchas veces M y M). Según creo haberle oído decir a mi
padre, hay una ganadería "Martín Peñato" en Salamanca, que podrían
ser descendientes de ese apellido.
También he leído tu interés por
la bandera de la Zarza. Yo estaba convencido de que el pueblo ya
tenía una: recuerdo haberle oído contar a mi padre que la bandera
de la Zarza eran tres bandas horizontales (la superior, azul
claro; la central podría ser amarilla y la inferior verde, o al
revés, quizá la central verde y la inferior amarilla; lo que sí
recuerdo eran los colores, azul del cielo, verde de los campos y
amarillo de los trigales), y en el centro, una manzana (el nombre
de Pumareda viene de Pomaveda o tierra de manzanos).
Es una pena que mi padre ya no
esté para corroborar estos datos. Estoy seguro de que le habría
encantado leer esta página, recordar la historia del pueblo y su
gente. Siempre habló con orgullo de la tierra que le vió nacer, y
le habría parecido loable tu esfuerzo y el de tantos otros porque
la memoria de este pedacito de Salamanca perviva. En su nombre, y
en el de tantos calvos, martines y zarceños, un saludo agradecido.
Roberto Calvo
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