Zarza de Pumareda Galería de arte |
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ES AZUL |
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Este
azul de Nati descendió del cielo y se quedó en el agua. Es un azul
virginal, desprendido de la orla azul del manto de la Virgen. No podía
ser más azul que ese. Azul el cielo, azul el agua y el cauce azul. Azul
por los cuatro costados, que hasta el verde se hace azul cuando intenta
desprenderse del azul de las rocas. El
Duero es un río azul. Y el azul del Duero es un color de hadas, un
color que se descubre a sí mismo, un color que imprime sosiego,
serenidad, reposo, silencio. Es un color para no motearlo jamás. Tan
cristalino es, tan de propiedad privada, que sólo se consigue en la
paleta de Nati. ¿De
qué color son los ojos de Nati?. No sé el color de sus ojos pero sí
el de la mirada, porque no se puede pintar ese color azul si la mirada
no es azul. Jamás
me había imaginado a nuestros parajes de color azul, pero ahora ya no
puedo concebirlos sin el color azul, sin este color azul que no es un
azul cualquiera. La Inmaculada Concepción es azul, como todas las Vírgenes
cuando están alegres. La Virgen de Fátima era azul cuando nos la
trajeron en procesión y mi padre le soltó unas palomitas y mi hermano
hizo de pastor arrodillado al lado de un prestado corderito. Y era azul
la procesión, y el incienso, cuando purificaba, era de un azul celeste
que dejó a la Zarza de ese color. Si un día pintaron de negro a Zarzales fue porque no se fijaron en la paleta de Nati. Ahora ya todo ha quedado resplandecientemente claro porque el azul es el alma de la Zarza. Un azul para ser acariciado, un azul que uno tiene que sujetar dentro para que no se le escape, un azul que descendió de lo alto para alfombrar la respiración. Un azul que se ha hecho cielo, piedra y agua. Es el azul de la Zarza. Es el azul de Nati
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