Zarza de Pumareda Galería de arte |
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Lucen los pintores de La Zarza una paleta muy singular. Los mismos colores con matices diferentes, colores que no han llegado de parte alguna, colores que allí nacieron, allí crecieron y allí se quedaron Colores
arrancados de la piedra, de la sombra del árbol, del chorro de agua del
regato, fluyendo desde el agua, aéreos como el viento, explotando fuego
cuando es menester o rodeándose de halo misterioso cuando se precisa. Colores
de u Este
es el sabor de estos colores de Vicente Carreto. Aunque no está sobre la
mesa, veo el color del pan madurado en horno de leña. El color del pan no
tiene más nombre que ese, color de pan cocido a horno lento, color de
trigal maduro amasado en la artesa, color de hambre reciente cuando se
llega del campo, color de colocar sobre él queso, chorizo y jamón. Sabe
Vicente mucho del color del pan y por eso se lo ha guardado para él, pero
yo quiero que un día lo pinte sobre una hogaza porque le va a salir,
inevitablemente, el color de la mirada de mi abuelo. No
puede quedarse ese color dentro de uno, como un secreto, como una oración.
Hay que sacarlo a flote para que todos lo mastiquemos, y para que todos lo
recordemos, para que esos colores únicos jamás desaparezcan
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